miércoles, 13 de junio de 2012

El tacto



¿Y qué es el tacto?, pregunta Pedro Sorela a John Berger, escritor y crítico de arte inglés, hace unos años, cuando Sorela comandaba el barco cultural del diario El País y todavía se hacían entrevistas sustanciosas a escritores de los que es difícil encontrar un solo libro en los grandes centros comerciales de Madrid.




Berger respondió:

"Es lo que ocurre naturalmente cuando dos seres se aman, en el momento en que se entienden. Las personas se hieren cuando el tacto ha pasado. El tacto es una forma de meterse cada uno en el espacio del otro: hay una complicidad, un complot, una especie de conspiración. Juntos desafiamos la vida".

Recuerdo a Ismael, cuando caminaba cogido de la mano con su mejor amigo en la sabana de Burkina Fasso. Alguna vez, con la complicidad del tacto, le contó a su amigo que un día robó pan, porque el hambre era ya insoportable. Pero el dueño de la tienda le sorprendió, y disparó con su escopeta dejando rastros de plomo en la cabeza de Ismael, que hoy no puede levantarse solo y mantener el equilibrio.

Le recuerdo a sus 25 años, caminando con una sonrisa constante, que era su forma de decir gracias por seguir vivo. Después de él, vería a otros hombres entrelazados a orillas de ríos secos y lagos de tierra cuarteada. En lo más profundo del África negra, ellos desafiaban la vida estrechando sus manos.